PEYOTE
INTRODUCCIÓN
Lophophora williamsii, comúnmente llamada peyote, es una
especie perteneciente a la familia Cactaceae. Es endémica de México y la parte
sudoccidental de Texas (Estados Unidos). Se encuentra principalmente en el
desierto de Chihuahua y en los estados de Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León, San
Luis Potosí y Zacatecas. Es muy conocida por sus alcaloides psicoactivos, entre
ellos la mescalina, principal sustancia responsable de sus efectos
psicodélicos. Posee una larga tradición de uso tanto medicinal como ritual
entre los indígenas americanos y está extendida mundialmente como enteógeno y
complemento de diversas prácticas, entre las que se encuentran la meditación y
la psicoterapia psicodélica.
ANTECEDENTES HISTORICOS
Desde la antigüedad, antes de que los europeos llegaran a la región de
Mesoamérica, el peyote3 ya era utilizado y reverenciado por tribus nativas,
tales como los mexicas, los huicholes del norte de México, y los navajos del
suroeste de Estados Unidos, como parte de su espiritualidad tradicional. Es
posible que dichas culturas hayan dejado textos o códices donde expresaran la
forma de uso del peyote; sin embargo, estos pudieron haberse perdido o fueron
destruidos por los conquistadores europeos. La primera referencia histórica de
los europeos fue hecha por un misionero: el monje franciscano Bernardino de
Sahagún, quien en 1560 escribió sobre los efectos alucinógenos que producía su
ingestión. En este trabajo escribió que los chichimecas fueron los primeros en
descubrir y usar el peyote.
A finales de 1800, la tradición comenzó a extenderse hacia el norte,
como parte del resurgimiento de la espiritualidad nativa bajo el auspicio de lo
que vino a llamarse “Iglesia nativa americana” (Native American Church) y cuyos
miembros se refieren al peyote como “la medicina”, utilizándola para combatir
el alcoholismo y otras enfermedades sociales. Esta iglesia es sólo una y la más
visible entre las diversas organizaciones que utilizan esta planta en sus
prácticas espirituales.
ETIMOLOGIA
La palabra «peyote» parece tener un origen azteca:
pudiera significar ‘disturbio’ o “estimulación”, entre otros.
Sin embargo, Molina, en su diccionario, dice que la palabra deriva del náhuatl
peyotl, lo cual significa algo como ‘sedoso’ o ‘capullo’. Pero esta palabra
siempre ha tenido diferentes significados de una manera genérica. En ciertas
regiones de México se le denomina flor de mezcal, de donde posiblemente se tomó
el nombre de mescalina para el principio activo y por lo que se generó una
confusión con el vocablo mezcal, que es un destilado alcohólico de un agave
común en algunas regiones del sur de México.
DESCRIPCIÓN
Es un pequeño cactus (de 2 a 12 cm de diámetro por unos 5
de altura), casi esférico y deprimido en el ápice, con el cuerpo dividido en 5
a 13 gajos en forma de botón, de color verde grisáceo a azulado; esta parte,
también llamada corona, es la que se corta para que la raíz, gruesa y en forma
de cono, mantenga la capacidad de generar nuevos hijuelos por encima del corte
sin que se pudra. Las areolas, carentes de espinas (sólo existen en el
periodo juvenil de la planta), están recubiertas por una pelusilla
blanquecina. Las flores, de color rosa pálido, surgen del ápice entre marzo y
mayo. Todas las especies del género Lophophora son de crecimiento extremadamente
lento: a menudo tardan más de 30 años en alcanzar la edad de floración (el
tamaño de una pelota de golf, sin incluir la raíz).
DISTRIBUCIÓN
Distribución geográfica. Puntos marrones: zonas de recolección.
En el mapa se puede apreciar el área geográfica donde se
distribuyen las especies del género Lophophora. El peyote es endémico de México
(estado de Querétaro hasta el norte de los estados de Chihuahua y Coahuila),
con excepción de una delgada franja al sur de los Estados Unidos. Trabajos
previos ya habían esbozado dicha distribución. Se encuentra principalmente en
altitudes entre 100 y 1.500 msnm y, excepcionalmente, a 1.900 msnm en el
desierto de Chihuahua, aunque también está presente en climas más templados del
estado de Tamaulipas. Crece bajo los matorrales del desierto, particularmente
matorrales espinosos, para protegerse de los depredadores, y sobre suelos
calizos.
CULTIVO
Los especímenes cultivados crecen a mayor velocidad;
normalmente tardan entre 6 y 10 años en alcanzar la madurez a partir de
plántulas de semillero. Debido a este lento crecimiento y a la
sobre-recolección a que está sujeto, se le considera en peligro de extinción.
El Peyote,
al igual que otros cactus, es díficil de cultivar por semillas,
aunque tomando los recaudos necesarios se pueden llegar a reproducir sin
problemas. Las semillas poseen una baja tasa de viabilidad, por lo que es
esperable que no se alcancen a desarrollar buena parte de ellas. El sustrato
debe ser ligeramente básico, con un ph de 7,5-8 aproximadamente, y con un buen
drenaje. Debe ser regado con poca frecuencia y solamente después de que la
tierra esté completamente seca. En invierno no es necesario regarlo y se lo
debe cuidar de las temperaturas menores a 0º.
En algunos casos resulta fácil el injerto de peyotes en cactus con mayor tasa de crecimiento.
En algunos casos resulta fácil el injerto de peyotes en cactus con mayor tasa de crecimiento.
BENEFICIOS
NUTRICIONALES
El Peyote tiene muchos usos en la medicina tradicional:
para tratar la influenza, la artritis, la diabetes, los desórdenes
intestinales, la mordedura de serpiente, el piquete de escorpión y el
envenenamiento por Datura. Los tarahumaras consumen cantidades pequeñas de
peyote para combatir el hambre, la sed y el agotamiento mientras van a cazar y
cuando corren detrás de un ciervo durante días sin comida, agua o descanso
alguno.
Componentes: Alcaloides : Principalmente mescalina. Junto
a este alcaloide tenemos otros como lofoforina, anhalamina, pellotina, peyonina,
peyoforina y peyotina.
COMPOSICION
QUIMICA
Posee alcaloides (en torno al 6%) derivados de la
fenilalanina-tirosina, entre ellos la mescalina (3,4,5-
trimetoxi-B-fenetilamina), que es un poderoso alucinógeno. También contiene
hordenina (n, n-dimethyl-hydroxyphenylethylamina), n-methylmescalina,
n-acetylmescalina, lophophorina, thyramina, anhalaninina, anhalonidina,
peyotina y o-methyllanhalonidina. El contenido de mescalina en la planta fresca
es de alrededor del 0,4%,8 y de entre 3 y 6% en la planta seca.
USOS
Terapéutico
En algunos sitios se usa en psicoterapia, aunque su uso
principal es como psicodélico. Aun siendo una de las drogas más potentes en
cuanto a efectos psíquicos, sus efectos desagradables restringen mucho su
consumo.
En psicoterapia se ha utilizado bajo prescripción médica
para el tratamiento de la neurastenia.
Se ha utilizado también en cardiología. Se ha visto que
ejerce un gran poder antibacteriano, siendo capaz de eliminar cepas que se
manifestaron resistentes a las penicilinas.
Recreativo
Estos botones
generalmente se mastican o se hierven en agua para elaborar un té psicotrópico.
La dosis efectiva de la mescalina es de alrededor de 0,3 a 0,5 g, y la
experiencia dura alrededor de 12 horas. Se recomienda hacerlo bajo supervisión
médica, ya que es ilegal en algunos países.
Medicinal
En la medicina tradicional indígena de algunos pueblos se
ha usado como remedio para la diabetes, la neumonía y el cáncer; como
analgésico, contra los dolores de muelas, reumatismo o artritis, asma,
malestares intestinales, influenza; para facilitar el parto y aumentar el deseo
sexual, también para efectos ocasionados por la mordedura de serpiente,
picaduras de escorpión y algún otro tipo de envenenamiento.
La molécula de mezcalina es
una fenetilamina, relacionada estructuralmente con la noradrenalina y dopamina,
por lo que posee fuertes efectos sobre el sistema nervioso autónomo periférico,
así como sobre el sistema nervioso central. Probablemente ningún fármaco de
este grupo posee una capacidad tan deslumbrante para suscitar visiones, y en
especial para producir las más fantásticas mezclas de forma y color. Tras una
primera fase de euforia sobreviene un período de serenidad mental y relajación
muscular, donde la atención se desvía de estímulos perceptivos para orientarse
hacia la introspección y la meditación.
Entre los efectos que
produce su ingestión están las visiones, distorsión de las coordenadas
espacio-temporales y alteraciones del esquema corporal. Sus efectos varían en
función del ánimo del consumidor, sus expectativas y el medio que le rodea, por
lo que tradicionalmente se ha destacado la importancia de que el uso de esta
droga fuera unido a preparativos muy concienzudos; los efectos podrían resultar
impredecibles. Los preparativos y manejo de la toma de esta planta deberían
estar a cargo de marakames –chamanes o maestros peyoteros, generalmente de la
etnia huichol–, quienes han heredado un conocimiento milenario de su manejo.
En estado natural los
botones del peyote se mastican solos o en compañía de algún líquido, su sabor
es bastante amargo. Cuando el cacto se deshidrata retiene la mezcalina
indefinidamente. Puede reducirse a polvo para prepararse en té o añadirse a un
jugo de fruta. La mezcalina pura se administra por vía oral o intravenosa.
Las dosis bajas son de 1 a 2
cabezas de peyote; las medias de 3 a 6; y las altas de 7 a 10 cabezas. Las
dosis bajas de mezcalina pura van de 150 a 200 mg; las medias de 300 a 500 mg;
y las altas de 800 a 1.000 mg. En ninguno de los casos, ni consumiendo peyote o
mezcalina pura se ha reportado la existencia de una dosis letal.
Los efectos del peyote
ingerido crudo o seco, al igual que el de la mezcalina por vía oral, comienzan
entre los 60 y 90 minutos después de la ingestión y duran entre 7 y 10 horas.
Los efectos de la mezcalina inyectada comienzan entre los 10 y los 20 minutos.
La tolerancia es
prácticamente nula si las dosis se espacian un mes como mínimo. Sólo tras años
o décadas de administraciones mensuales o quincenales, la dosis puede doblarse
o triplicarse. No hay indicios de que el consumo de peyote genere adicción
física o psicológica.
Una sobredosis ocasiona
arritmias peligrosas por lo que debe considerarse como urgencia médica. Los
efectos de un mal viaje pueden ser suavizados con 20 mg de diazepam (Valium®) o
suspenderse con 50 mg de clorpromazina (Largactil®) o haloperidol (Haldol®). En
bastantes ocasiones el acceso de pánico puede ser suprimido de modo fulminante
con dos palabras, un leve desplazamiento en el espacio o el mero consejo de
mirar con atención cierto objeto, o escuchar cierto sonido.